La función de IT ya no puede limitarse al soporte operativo. En una realidad donde los negocios se definen por la velocidad de respuesta, la experiencia digital y la eficiencia de los procesos, el área de tecnología debe asumir un rol protagónico en la estrategia corporativa. Este cambio implica rediseñar la manera en que se organiza el equipo, se priorizan los proyectos y se mide el impacto.

En esta nota comparto una mirada basada en mi experiencia acompañando procesos de transformación en grandes empresas de la región. Una evolución que ya está ocurriendo —y que quienes la lideren, marcarán la diferencia.

De proveedor de soporte a catalizador del negocio

Durante muchos años, el área de IT fue vista como un centro de costos, cuya misión principal era garantizar la continuidad operativa. Hoy, las empresas que logran escalar y adaptarse más rápido son aquellas donde tecnología y negocio funcionan como un solo equipo.

Ser un socio estratégico implica participar en las decisiones clave del negocio desde el inicio, no solo cuando llega el momento de ejecutar. Supone diseñar capacidades digitales habilitantes y anticiparse a las necesidades futuras, no solo responder a los requerimientos inmediatos.

Tres herramientas clave para habilitar esta evolución

Hay múltiples caminos para lograrlo, pero hay tres enfoques que considero indispensables en este nuevo escenario:

1. Automatización inteligente

No se trata solo de eficiencia. Automatizar es liberar talento humano, minimizar errores y establecer flujos trazables y auditables que permitan una operación más predecible y escalable. Cuando está bien implementada, la automatización transforma la cultura operativa.

2. Integración de negocios

La integración ya no es un asunto técnico, sino una decisión estratégica. Conectar plataformas, datos y procesos permite tomar decisiones más rápidas, evitar silos y generar una visión unificada del negocio. Aquí, el diseño de APIs, la interoperabilidad y los estándares cobran un nuevo valor.

3. DevOps como cultura

Más que una metodología, DevOps es un enfoque que promueve la colaboración entre desarrollo y operaciones. Acorta ciclos, mejora la calidad de entregas y genera una dinámica de mejora continua. Es la base para lograr despliegue ágil, resiliencia y evolución constante de productos digitales.

Qué cambia en el liderazgo y los KPIs

Este nuevo rol de IT exige también un cambio en la forma de liderar. Ya no alcanza con pensar en términos de uptime o tickets cerrados. Las métricas relevantes ahora pasan por el time-to-market, la adopción de soluciones, la experiencia del usuario interno y la capacidad de respuesta ante cambios de contexto.

Los líderes tecnológicos deben traducir la complejidad en claridad. Deben ser facilitadores de conversación entre áreas, sponsors de la cultura digital y garantes de que la estrategia tecnológica esté alineada con el negocio… y con el cliente final.

Conclusión

Asumir el nuevo rol de IT como socio estratégico no es algo que suceda de un día para el otro. Requiere decisiones, visión compartida y una ejecución disciplinada. Pero, sobre todo, requiere entender que en las organizaciones modernas, la ventaja competitiva está cada vez más determinada por la arquitectura tecnológica y la forma en que se gestiona.

Y en ese camino, el área de IT tiene mucho más que decir. Tiene que liderar.